martes, 31 de mayo de 2011

DF: ciudad viva y llena de contrastes


El pasado sábado día 21 de mayo estuve en el DF (como le llaman aca a ciudad de México). Fui a recoger a mi primera visita de España, por lo que era la ocasión perfecta para quedarnos unos días por la ciudad antes de regresar a Puebla. La ciudad en principio me daba miedo ya que sólo la había visto desde el aire y había salido de ella en coche, dirección a Puebla, lo que se tarda casi una hora. Es una ciudad extensa, muy extensa, que parece que no acaba nunca. La sensación es que “una sabana de casas y calles” ha caído sobre el terreno, ya que los nuevos barrios se implantan respetando la topografía del terreno, por imposibilidad económica de realizar obras de urbanización de envergadura. Pero todo cambia cuando la paseas y la sientes. Es México, muchas cosas comunes con Puebla: La presencia de gente en las calles, negocios que invaden todo, la música y el ruido presente en cualquier rincón… Quizás lo que más me sorprendió fue que la ciudad tiene un problema muy importante de hundimiento, ya que se asienta en el lecho de un antiguo lago y muchas calles y edificios se están hundiendo casi de la mano, no se puede percibir en las fotos, pero cuando se esta en frente viéndolo es impresionante. También fuimos a ver los murales de Diego Rivera en la Subsecretaria de Educación y son muy variados, siempre reivindicativos y reproduciendo imágenes de la vida cotidiana de los mexicanos, con una integración total de los indígenas en sus pinturas.

La primera noche nos fuimos a la Plaza Garibaldi, donde los Mariachis hacen de las suyas y si les pagas un poco te cantan canciones típicamente mexicanas. La verdad es que la plaza me decepcionó un poco, han ejecutado un edificio moderno en su lado este que no esta nada “bien resuelto”, consigue descontextualizarte y que no te integres en la imagen que esperas de ese espacio. Lo que me gusto mucho fue la casa museo de Frida Kalo, que esta en barrio al sur de la ciudad, la casa es un remanso de paz donde Frida vivió sus años más duros tras su accidente y los últimos años de su vida, como no dejaban hacer fotos del interior os muestro una de un pequeño estanque del jardín donde un gato bebía agua observado a su derecha por el rostro de una escultura prehispánica.

El domingo fuimos a Teotihuacan, una ciudad prehispánica que esta a unos 50 km al norte del DF. Los edificios más sorprendentes son las pirámides del sol y de la luna, la primera de ellas dicen que es la tercera más grande del mundo después de la de Keops (en El Cairo) y la de Cholula, que es una ciudad muy cerquita de Puebla, de la que quedan sólo restos de la base. La visita fue muy interesante, mucho calor, pero subir a la pirámide del sol, sentarse allá arriba, ver en entorno y no pensar nada te llena de energía.

El lunes antes de regresar a Puebla dimos un paseo por alguno de los barrios de la ciudad: los que se sitúan al sur como Condesa, Roma que son muy distintos entre si. Comimos en un bar que se llama “La Cervecería del Barrio”, del que hay varios locales por el barrio, en el que nos pedimos un ceviche que estaba muy muy rico, que junto a un par de cervezas Pacíficio, me dejaron un sabor de la ciudad muy bueno con ganas de volver.

La semana pasada la pasé en Puebla un poco liado con las clases a los alumnos del Programa de Doctorado, que me las agruparon en el último momento y eso me obligo a encerrarme un poco para prepararlas. Pero termine el viernes y desde el sábado estoy en mi semana de vacaciones, hemos rentado un auto y hemos visitado las ciudades de la plata, que están al norte del DF: Queretaro, San Miguel de Allende, Dolores Hidalgo y Guanajuato, donde me encuentro ahora escribiendo este mensaje, espero tener un ratillo para contaros lo vivido en estas ciudades. 

lunes, 16 de mayo de 2011

OAXACA: Galerías y vida del espacio público

Hola de nuevo amigos, en esta ocasión desde Oaxaca, una ciudad preciosa que se encuentra a aproximadamente 300 kilómetros al Sur de Puebla, en plena Sierra Madre de Oaxaca, rodeada de valles de pueblos indígenas llenos de autenticidad. Pero antes de iniciar este relato, la alegría me lleva a comentaros que he encontrado un nuevo alojamiento para mi estancia en Puebla, un departamento en el edificio “Vacas”, que se construyó en la década de los 50 en pleno centro histórico de Puebla. Una de las grandes ventajas que tiene es que tiene 8 plantas, que para el centro de Puebla se una altura considerable donde la mayoría de los edificios no superan las tres plantas, lo que garantiza unas vistas espectaculares (ya os iré mostrando fotos).

Bueno vamos al objetivo inicial de este relato. El trayecto en autobús de Puebla a Oaxaca, de 4,5 horas, se hace un poco largo pero los paisajes son impresionantes, recuerdo haber pasado por tres; el primero la llanura de Puebla destinada al cultivo de maíz (elote en Mexicano) y cereal, en el que destaca la baja mecanización, se continúa arando con animales y segando a mano. El segundo un paisaje muy abrupto de sierras con grandes acantilados en el que la vegetación de cactus (de tres tipos esencialmente) con proporciones y alturas inimaginables para nosotros. Y el tercero una paisaje más suave, en el que aparecen las arcillas rojas y explotaciones agrícolas más reducidas, previas al valle en el que se ubica la ciudad de Oaxaca.

Esta ciudad quizás os suene por los disturbios del año 2006 (la mayor revuelta política en México en los últimos años), en el que murieron 23 personas por la acción de la policía que querían desalojar del zócalo a los profesores en huelga. De todo aquello en la ciudad se perciben algunas pancartas reivindicativas en el zócalo, os adjunto la imagen de una de ellas de gran colorido y mensaje un poco triste.


Lo primero que impresiona de la ciudad es la altura de los edificios, en el que predominan los de una planta y como máximo dos. La ciudad, como todas las de México, caótica en la periferia (sin infraestructuras, edificios a medio terminar, caminos de tierra, basuras en las calles….), pero una vez te vas aproximando al centro la cosa cambia.


Lo primero que hice fue patearme la práctica totalidad de las galerías de arte de la ciudad, por si veía algo interesante para mi casa. Me gustaron unos cuantos, pero el que me gusto realmente (de Israel Montes), al tener unas dimensiones importantes se me disparaba de precio. Oaxaca tienen una gran tradición de arte pictórico ya que ha sido cuna de pintores que han sabido mezclar la tradición cultural con vivos colores y las nuevas tendencias de la pintura. Por si os interesa os recomiendo que descubráis en Internet algo de Rodolfo Nieto y Francisco Toledo.

Después de camino al Hotel Azuzenas (de una planta y con 10 habitaciones), que tras una sensación inicial un poco regular lo he disfrutado una barbaridad; he sido el único huésped y parte de este relato lo escribí desde la terraza del hotel; sólo, con una café al lado, a la sombra de una sombrilla amarilla, rodeado de plantas (entre las que hay un Mango con 5 frutos que me tiene alucinado) y disfrutando de unas vistas, casi rasantes, de las cubiertas de la ciudad, en las que destacan las cúpulas de las múltiples iglesias.


Pero de lo vivido, lo que más me ha llegado, fue la vida de la ciudad del sábado por la noche; todos los espacios públicos plagados de personas y vida social. Os resumo cronológicamente mi paseo para que os hagáis una idea: de regreso al centro una entre a la Iglesia de Santo Domingo (me impresionó su escala y que cada centímetro de su interior está decorado con relieves), donde estaba iniciándose la misa de las 19:30 que fue esencialmente cantada, lo que ayuda a pensar y abstraerse a mundos imaginarios y deseados. Al salir me senté en la plaza debajo de unos árboles maravillosos llenos de flores rojas, de repente comienza a resonar en la lejanía una banda de música, al acercarse era una especie de charanga con gigantes y cabezudos. Abriendo el grupo una persona portaba una gran esfera en la que se podía leer, “Nuestra Boda. Vero y Brooks”, seguida de un grupo de mujeres bailando con traje folclórico y tras ellas un grupo de “guiris”, que llevaban unas velas de colores que daban mucha magia al grupo, y finalizaba la banda de música. Presiento que era una boda un poco artificiosa; montada por unos modernos americanos y no se que parte de lo visto era auténtico y que añadido, pero reconozco que la atmosfera era muy agradable.


Buscando un lugar para cenar tome rumbo al zócalo, y en el recorrido pase por una exposición de coches tuneados, con unas señoritas “explosivas” encima de ellos con las que uno se podía hacer fotos, muy demandadas por los de acá. En el zócalo la vida desborda por todos lados, después de la vuelta inicial me senté en el Restaurante El Jardín, en una galería porticada que me protegía de la lluvia, que estaba comenzando a caer. No os he comentado pero el clima habitual es que amanece despejado, a lo largo del día se va nublando, al atardecer las nubes empiezan a oscurecerse, luego se inicia una serie de rayos y truenos y aproximadamente a la hora (sobre las 10:00 de la noche) empiezan a caer las primeras gotas. Pudiendo quedarse en unas simples y refrescantes gotas o llover toda la noche como ocurrió el sábado por la noche. Entonces todo el mundo a protegerse de la lluvia, debajo de la galería, que se llenaba de los vendedores de globos.


Yo con mis quesadillas, mi doble X (cerveza clara) disfrutando de los mariachis al fondo, los niños jugando, la gente paseando y múltiples espectáculos callejeros. La gente se moja sin problema; los ves en la calle lloviendo viendo a un payaso frente a la catedral, o comiendo en cualquier lado. Pero hemos de reconocer que la lluvia si tuvo su efecto y aunque de un modo muy pausado, fue vaciando las plazas y las calles, así que toco retirada al Hotel, en el que he descansado muy bien. El domingo después de un placido y vital desayuno en la terraza del hotel salí de nuevo a la ciudad de Oaxaca para disfrutarla y sentirla, las plazas de nuevo repletas de gente y de personas vendiendo, me gusta la foto del niño vendiendo globos en la puerta de la catedral. A las 18:30 tome el autobús camino de mi nueva casa Puebla en la que he dormido por primera vez.


Un abrazo a todos y muchas gracias por estar.

martes, 10 de mayo de 2011

XALAPA


Hoy 10 de mayo es el día de la madre en México y no hemos trabajado en la Universidad, de momento entre unas festividades y otras sólo hemos tenido tres días de clases.

Quiero contaros lo que viví el pasado fin de semana en Xalapa (que también se escribe Jalapa), es un municipio que pertenece al Estado vecino de Veracruz. Me decidí a ir allá esencialmente por el Museo de Antropología, que dicen que es el mejor de México después del de la capital. Fui en Autobús, en Gran Lujo, como llaman aca. La verdad es que los autobuses de larga distancia en este país funcionan muy muy bien, son muy cómodos, baratos y tienen un horario muy amplio. Esto no se puede aplicar a los autobuses urbanos (o camiones), donde lo que prima es la anarquía, la incomodidad el riesgo y la contaminación (acústica y ambiental). Tome el autobús de las 7:45 y llegue a Xalapa a las 9:30, volví a tomar otro autobús, en esta ocasión urbano (igual de caótico que en Puebla) hasta el centro y a buscar hotel, tuve mucha suerte ya que acerté a la primera, me aloje en La Posada del Cafeto, muy bonita, auténtica y a buen precio; con un patio ajardinado que era un oasis en el caos circulatorio de la ciudad.

Después de dar unas vueltas y callejear un poco, en busca de un callejero bueno, me fui para el Museo Antropológico, que es una pasada. Me impresionaron las cabezas Olmecas (que son alguna de las obras más tempranas y perfectas, estéticamente hablando, del mundo precolombino). Os adjunto una foto de la Cabeza Colosal número 1 (porque fue al que primero se encontró) que data del año 1200 a.C. Tiene una altura aproximada de 3 metros y se le conoce como el Rey. Me impresionó que pese a lo monumental y que es de piedra trasmite mucha humanidad, realmente impresiona.

 El Museo tiene además una gran colección de todas las culturas precolombinas del estado de Veracruz, y el resto de piezas no desmerecen en nada a las cabezas. Existen múltiples piezas de cerámica que son un lujo, ya sabéis como me gusta la cerámica (eso de que las piezas se hayan modelado con las manos de los orfebres me llena) y disfrute como un niño. De todas las piezas os pongo una foto de dos niños en un columpio (agarradicos), que me resulto muy humana y cotidiana, entre tanta guerra y muerte (muchísimas de las esculturas hacen referencia a este momento de la vida).


Después del Museo, y como andaba un poco cansado me fui al hotel a descansar que falta me hacía. El domingo tenía la intención de ir a Xico (un pueblo cercano) a ver unas cascadas que dicen que son impresionantes, pero no me apetecía y me quede en Xalapa paseando hasta la hora del regreso. Por cierto conocí a Patricia, una Española que también anda por acá por Puebla y seguramente quedemos alguno de estos días para tomar unas cervezas, algo que cuesta mucho con los Mexicanos (al menos a mi me esta ocurriendo). Para terminar os adjunto una foto que tome al atardecer del domingo, donde se ve (o más bien se insinúa) al fondo, las cumbres nevadas del Orizaba, el pico más alto de México (5.611 metros). La foto esta tomada desde el Autobús en el que regresaba.


domingo, 8 de mayo de 2011

5 de mayo en Puebla de los Angeles






Hola de nuevo amigos, vamos a cumplir con la deuda que tenía con todos vosotros de relataros la vivido el 5 de mayo en la ciudad de Puebla. Hoy no puedo empezar de otro modo que no sea agradeciendo a todos vuestros mensajes de los últimos días, sólo os diré una palabra “gracias”.

El 5 de julio me levante, como de costumbre, a las 6:00 de la mañana y después de estudiar un par de horas me atreví a salir a las rectilíneas, y casi infinitas, calles de esta ciudad. Con la mochila repleta de provisiones, conforme me iba aproximando a la avenida 5 de mayo me fui encontrando sucesivamente con un comboy militar, un autobús con los diputados, coches con los cristales tintados a toda velocidad (asistían las altas instancias políticas del país, entre ellos el presidente, Felipe Calderón), mucha policía estatal y muchos “pueblanos” corriendo hacía la avenida por el que debía discurrir el desfile.

El desfile conmemora la victoria de los pueblanos frente a la invasión de los franceses en 1862, como dijo el Gobernador en el discurso oficial “esta ciudad fue la única que venció al mejor ejercito del mundo”. Leyendo hoy la guía de México me he encontrado con este comentario sobre dicho acontecimiento, que os cito literalmente, pero que no se me ha ocurrido plantear aca: “muchos de los franceses estaban debilitados por la diarrea y pocos parecen recordar que al año siguiente los franceses con refuerzos tomaron Puebla y la ocuparon hasta 1867”, que fácil es utilizar la historia en función de unos u otros intereses.

Las dos cosas que más me sorprendieron fue que el acceso estaba bloqueado por todo tipo de vehículos particulares (cuanto más grande mejor: camionetas, autobuses, etc.) en los que se subían todos los miembros de la familia, y como las familias son muy amplias, pues se empezaba por el capo y se continuaba por el techo (para lo cual iban preparados con sus escaleras que apoyaban en el coche).


 La segunda sorpresa a la que me refería es que aprovechan la ocasión para montar el negocio en cualquier lado; desde niños vendiendo chicles, sombrillas para el sol, escaleras para ver el desfile y el puesto estrella: las madres pueblanas preparando comida in situ. Os adjunto una foto donde podéis ver como el puesto de comida esta rodeado de gente mirando al desfile (incluidas las del puesto), que discurría apenas 5 metros más allá. Entre coches atestados de gente las ollas de la cocina; esperando que termine el desfile con los fogones preparados.


La verdad es que tras el desfile la ciudad estaba plagada de gente que invadía todos los espacios públicos donde se celebraban espectáculos muy diversos, uno de los más llamativos era el del rito al juego de la pelota de los Maya. Fijaros que se celebra junto a una iglesia, incorporando todas las creencias en el mismo recinto algo muy llamativo y creo que positivo de este país. Como anécdota no os perdáis al espontáneo(situado a la derecha de la mujer que lleva el traje blanco) que vive plenamente el rito.


Bueno amigos, espero haber trasmitido lo vivido ese día en esta ciudad de Puebla, este fin de semana he estado en Xalapa, una pequeña ciudad en el Estado de Veracruz (a unos 200 kilómetros de Puebla), donde esta el mejor museo de Antropología de México con una colección muy importante de esculturas de cabezas de los Olmecas, que me llama mucho la atención, ya os contare.

Un abrazo a todos.

miércoles, 4 de mayo de 2011

Primeras sensaciones y emociones

Creo que es buena manera de iniciar este blog con el relato de mis primeras experiencias y sensaciones en Puebla, que en sus orígenes se denominaba "Puebla de los Angeles" ya que se creía que había sido creada por estos. La ciudad se caracteriza por sus múltiples iglesias de la etapa virreinal, aún no he querido entrar a ninguna, pero cuando me atreva os trasmitiré mis sentimientos.

Otra de las grades sorpresas y maravillas del paisaje poblano son los volcanes que rodean la llanura donde se ubica, destacando el Popocatemetl. Os adjunto una imagen muy bonita en la que podemos disfrutar de las cúpulas de las múltiples cubiertas y el volcan.


He de confesar que a pesar de la tremenda ilusión con la que inicie esta experiencia, los primeros días no han sido fáciles; la soledad no es fácil y menos en un país tan alejado de lo que estamos acostumbrados a tocar y disfrutar todos los días. Me resulta muy difícil tener límites para hablar con quien quieres y a quien quieres en el momento que lo necesitas (y eso ocurre muy fácil cuando te separa un océano y una diferencia horaria de 7 horas).

Pero dejemos lo más íntimo para pasar a lo que provoca un país, una ciudad, un bario, una calle y un alojamiento nuevos.

La ciudad presenta unas sensaciones muy dispares; desde un centro muy cuidado y paseable, que se articula entorno al zócalo (plaza central donde se ubican todos los edificios administrativos más importantes) hasta unos barrios en los que los edificios parecen a medio terminar. Los que ya hemos visitado países latinoamericanos estamos acostumbrados a esa patina o superficie de la ciudad, a la que te acostumbras en unos días pero que al principio sorprende.

El primer día (el lunes), como me gusta hacer, me fui andando desde el hotel al centro (que esta a una distancia de 4,5 kilómetros de ida y los mismos de vuelta), allá en el centro el objetivo inicial fue conseguir un callejero digno y completo (después de varios intentos fallidos lo conseguí), lo que me tranquiliza ya que garantiza mi orientación en la ciudad. Para disfrutar del centro, y del plano, me tome un "tarro" de cerveza "clara" en uno de los bares del centro con unos huevos a la mexicana. Cuando pedí estos últimos cometí el primer error, no decir sin nada de picante y le admitir la propuesta del camarero de "con muy poco", pero el muy poco en este país no es lo mismo que para nosotros, que se lo digan a mi estomago!!!!.

El segundo día (el martes) ya me aventure a ir al centro en autobús, en los "Rápidos de San Antonio", toda una experiencia emocionante por la velocidad y formar parte de la vida cotidiana.

Hoy, mi primer día en la Universidad, ya dispongo de wifi en todo el campus, lo que hace posible esta comunicación y las futuras. Mañana, 5 de mayo, es el día grande de la ciudad de Puebla, donde se celebra el único desfile militar de México fuera de la ciudad de México, así que me acercare a ver como los poblanos disfrutan de sus fiestas populares. Si me atrevo haré algunas fotos y os las mostrare en próximas entradas.

Por hoy y para comenzar creo que es suficiente, si veo que esto funciona contad con que no será el último de mis relatos.